Según establece el artículo 54 de la Directiva de Radiaciones, para lugares de trabajo, el nivel de referencia para el promedio anual de concentración de actividad en el aire no superará los 300 Bq m –3 , a menos que esté justificado por circunstancias existentes a nivel nacional. El mismo valor queda fijado en el artículo 75 para recintos cerrados. En este mismo artículo dice que los Estados miembros garantizarán que se facilite la información local y nacional relativa a la exposición al radón en recintos cerrados y a los riesgos asociados para la salud, así como sobre la importancia de efectuar medidas de radón y sobre los medios técnicos disponibles para reducir las concentraciones de radón existentes.
El becquerel o Becquerelio (símbolo Bq) es una unidad derivada del Sistema Internacional de Unidades que mide la actividad radiactiva. Equivale a una desintegración nuclear por segundo. Bq.m-3 o Bq/m3 establece esas desintegraciones para un metro cúbico de espacio o aire.
Pero ¿Qué es el Radón? y ¿Cuáles son sus efectos sobre la salud?
Algunos Datos y Cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS):
El radón es un gas radiactivo de origen natural, que tiende a concentrarse en interiores, como en viviendas, escuelas y lugares de trabajo.
El radón es la segunda causa más importante de cáncer de pulmón después del tabaco.
Se estima que la proporción de los casos de cáncer de pulmón a nivel nacional atribuibles al radón con respecto al total varía de un 3% a un 14%, en función de la concentración media nacional de radón y de la prevalencia de consumo de tabaco.
No se conoce un umbral por debajo del cual la exposición al radón no suponga ningún riesgo. Cuanto menor sea la concentración de radón en una vivienda, menor será el riesgo de cáncer de pulmón.
Existen métodos probados, duraderos y costoeficaces para prevenir la filtración de radón en viviendas de nueva construcción y reducir su concentración en las viviendas existentes. LEER MAS
En nuestra modesta opinión, visto lo que sucede en otros países avanzados y los estudios existentes sobre la repercusión sobre la salud, este valor de 300 Bq/m3 que dice la Directiva debiera reducirse todo lo posible. Ver Estudio presentado por Alberto Ruano Raviña de la USC Por otro lado la administración debiera hacer llegar a todos información clara sobre el tema que afecta de una manera mas intensa a nuestra autonomía Ver estudio presentado por Adolfo Figueiras de la USC y establecer un plan de actuación para reducir el radón y sus efectos en las viviendas y regular adecuadamente esta materia.
Como decíamos en la noticia que publicamos el 14/08/2017 sobre la modificación del CTE como consecuencia de la publicación de la Orden FOM 588/2017, esperemos que en la modificación prevista para este año 2018 se contemple en el DB HS lo necesario en relación con el Radón.
Galicia, tiene, según Alberto Ruano, una concentración media de radón de 99 becquerelios por metro cúbico de aire (Bq/m3) en las viviendas. En municipios como Bueu (Pontevedra), el 57% de todas las casas presenta más de 300 Bq/m3. Para que nos demos cuenta de lo que suponen estos valores: la OMS recomienda un nivel de referencia de 100 Bq/m3 y, si no es aplicable, la concentración de radón residencial debe mantenerse tan baja como sea posible hasta un máximo de 300 Bq/m3.
Habrá que seguir investigando sobre el radón pues si ya se sabe que es la primera causa de cáncer de pulmón en no fumadores y la segunda en fumadores, según últimos estudios también puede ser causa importante de otros tipos de enfermedades.
Hay que saber que concentraciones tenemos en nuestros edificios y para ello realizar mediciones. De forma especial en aquellas zonas en que, según el mapa de radón para esas zonas, hay concentraciones más elevadas. Dado que las emanaciones de este gas proceden en su mayor medida de los terrenos donde se asientan las edificaciones, las concentraciones más elevadas se dan el las plantas sótano y más bajas del edificio.
El mapa de Radón de Galicia y más información al respecto se puede ver en el Laboratorio de Radón de Galicia
Sabiendo la concentración que tenemos hay formas de conseguir rebajar sus valores mediante procedimientos no excesivamente onerosos. Igualmente no está mal contemplar la instalación de detectores de dicho elemento químico. Al igual que lo venimos haciendo desde hace muchos años con el monóxido de carbono, gases combustibles y otros.
Seguiremos hablando de este tema así como de los riesgos que suponen otros productos, equipos e instalaciones con los que convivimos diariamente