ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD Y LA FONTANERIA

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en sus “Guias para la calidad del agua potable, en su primer apéndice a la tercera edición, en el Volumen 1 de Recomendaciones, dice textualmente:
1.2.10 Instalaciones de fontanería
Se han asociado efectos adversos para la salud significativos con la presencia, en edificios públicos y privados, de instalaciones de fontanería inadecuadas debido a su diseño deficiente, instalación incorrecta, alteraciones o mantenimiento inadecuado.
En la calidad del agua contenida en una red de distribución de agua de un edificio influyen numerosos factores que pueden ocasionar la contaminación microbiana o química del agua de consumo.
Pueden producirse brotes de enfermedades del aparato digestivo por la contaminación fecal del agua de consumo de los edificios como consecuencia de defectos de los depósitos de almacenamiento en los tejados y de conexiones cruzadas con tuberías de aguas residuales, por ejemplo.
Las instalaciones de fontanería mal diseñadas pueden ocasionar el estancamiento de agua y proporcionar un medio adecuado para la proliferación de bacterias del género Legionella.
Los materiales, cañerías, accesorios y recubrimientos de fontanería pueden ocasionar concentraciones elevadas en el agua de consumo de metales pesados (por ejemplo, plomo) y el uso de materiales inadecuados puede facilitar la proliferación de bacterias.
Los posibles efectos adversos para la salud pueden no limitarse a un edificio concreto, sino que otros consumidores ajenos al edificio en cuestión pueden exponerse a los contaminantes de la red del edificio debido a la contaminación del agua de consumo de la red de distribución pública local por contaminación cruzada o reflujo.
El suministro en los edificios de agua que cumple las normas pertinentes generalmente depende de una instalación de fontanería que no gestiona directamente el proveedor de agua.
Se confía, por consiguiente, en una instalación y mantenimiento correctos de la red de fontanería y, en el caso de edificios de mayor tamaño, en PSA específicos para el edificio (véase el apartado 6.1).
Para garantizar la inocuidad del agua de consumo distribuida en el edificio, deben utilizarse técnicas de fontanería que eviten la entrada de elementos que supongan un peligro para la salud. Este objetivo puede lograrse mediante las precauciones siguientes:
 las tuberías —tanto las de agua potable como las de aguas residuales— son impermeables y duraderas, tienen una superficie interior suave y sin obstrucciones, y están protegidas contra las posibles agresiones;
 no existen conexiones cruzadas entre la instalación de agua de consumo y la de eliminación de aguas residuales;
 los sistemas de almacenamiento de agua están intactos y no están expuestos a la entrada de contaminantes microbianos o químicos;
 las instalaciones de agua caliente y fría están diseñadas para reducir al mínimo la proliferación de legionella (véanse también los apartados 6.1 y 11.1.9);
 existen dispositivos adecuados que evitan el reflujo;
 el diseño de las instalaciones de los edificios de múltiples plantas es tal que se reducen al mínimo las variaciones de la presión;
 los residuos se eliminan sin contaminar el agua de consumo; y
 las instalaciones de fontanería funcionan eficazmente.
Es importante que los fontaneros tengan la cualificación pertinente, que estén capacitados para realizar la instalación y el mantenimiento de las redes de fontanería necesarios para garantizar el cumplimiento de las normativas locales y que utilicen únicamente materiales aprobados como aptos para uso en instalaciones de agua de consumo. Antes de la construcción de edificios nuevos, deberá aprobarse normalmente el diseño de sus instalaciones de fontanería y un organismo de reglamentación pertinente deberá inspeccionar la instalación durante la construcción de los edificios y antes de su puesta en servicio.

 

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